La convocatoria de oposiciones 2025 en Canarias, tanto para el cuerpo de Maestros como para el de Secundaria, ha dejado un ambiente de frustración, indignación y desesperanza entre el profesorado en general. No se trata de un problema puntual ni de una casualidad: es la consecuencia directa de un modelo fallido, deshumanizado y ajeno a la realidad del sistema educativo canario.
Desde INSUCAN llevamos años advirtiendo que el sistema de acceso a la función pública docente necesita una revisión profunda y así lo hemos dicho en todos los foros públicos que hemos tenido oportunidad( mesas técnicas, grupos políticos, parlamento regional y nacional). No puede ser que los resultados de las oposiciones, lejos de responder a criterios objetivos de calidad y justicia, se conviertan año tras año en una auténtica ruleta rusa en la que la preparación, la experiencia o el compromiso con la enseñanza no garantizan absolutamente nada.
El problema no está en el profesorado, que dedica años de su vida personal, recursos económicos y energía a una preparación exhaustiva. El problema está en una Administración que:
- Cambia criterios de evaluación de manera arbitraria.
- Designa tribunales sin formación suficiente ni pautas claras de corrección.
- Permite pruebas subjetivas sin transparencia ni posibilidad real de revisión.
- Obliga a los aspirantes a presentarse en condiciones inasumibles, con temarios obsoletos y situaciones logísticas caóticas.
Los resultados de esta convocatoria hablan por sí solos: altísimos porcentajes de suspensos, incluso en la fase de defensa oral, donde la subjetividad campa a sus anchas. Aspirantes con años de experiencia, con plazas en listas, con titulaciones superiores y másteres, se ven expulsados de un proceso que no evalúa competencias reales, sino la capacidad de adaptarse al gusto de un tribunal.
La Consejería de Educación ha demostrado, una vez más, su total desconexión con el sentir del colectivo docente. La falta de medidas que garanticen igualdad de oportunidades, claridad en los criterios de evaluación o un acompañamiento real al opositor, evidencia que el sistema está diseñado para cribar, no para seleccionar al mejor profesorado.
Y lo más grave: se deja en la estacada a cientos de docentes interinos e interinas que llevan años sosteniendo el sistema público, con una inestabilidad laboral crónica, sueldos congelados y expectativas rotas por un modelo que castiga en lugar de reconocer.
INSUCAN exige cambios ya
Desde INSUCAN no vamos a mirar hacia otro lado. Exigimos:
- Una reforma del sistema de acceso que priorice la experiencia, la formación continua y la labor real en el aula.
- Procesos transparentes, con grabaciones de las pruebas orales y mecanismos de revisión efectivos.
- Una nueva configuración de los tribunales, con formación específica, seguimiento y supervisión externa.
- Un calendario realista y coherente, que no suponga una carrera de obstáculos para quien quiere optar a una plaza en su tierra.
Porque lo que está en juego no es solo el futuro profesional de miles de personas, sino la calidad de la educación pública en Canarias. Y esa no puede construirse sobre un sistema que margina, frustra y desprecia a quienes están dispuestos a darlo todo por enseñar.